Iglesia de Santa Catalina

Construcción que data de los años 1762-1764, cuando Pedro Pérez Medina, en nombre de las autoridades eclesiásticas de El Granado comunica al arzobispado de Sevilla el estado de ruina en que se encontraba la iglesia. Pedro de Silva, maestro mayor de Fábrica del Arzobispo fue el encargado de verificar el estado de dicho templo. Como consecuencia se proyecta el trazado de una nueva iglesia, derribando la anterior existente posiblemente de estilo Gótico- Mudéjar. La obra fue ejecutada por Joaquín Herrera, según el proyecto de Ambrosio de Figueroa. El edificio es de planta de cruz latina de una sola nave, marcándose al exterior el crucero, dos pequeñas capillas de planta y la sacristía, produciéndose un escalonamiento de los volúmenes respectivamente. Posee una torre situada en el lateral derecho de los pies, a la cual se le adosa una nave que llega hasta el brazo derecho del crucero. La cubierta de la nave principal ha sido transformada recientemente convirtiéndose en un techo raso. El crucero se recubre con bóveda vaída, al igual que sus brazos, y el  presbiterio lo hace con bóveda de cañón con lunetas.

El edificio es de estilo neoclásico con la única decoración del resalte de las pilastras en el apoyo de cada arco fajón que delimitan las bóvedas del crucero y cabecera, delimitada por una imposta. Los testeros de las bóvedas están resueltos con arquivoltas rematadas por listel de igual anchura. En la nave principal nos encontramos esta decoración, posiblemente debido a reformas que se han llevado a cabo a lo largo de su historia. El templo cuenta con tres accesos, uno situado a los pies y los otros dos por  los laterales. El acceso principal está compuesto por un vano rectangular flanqueado por pilastras que soportan un friso de triglifos, rematándose con un frontón partido que alberga un óculo. En los extremos del frontón se adosan al muro dos pináculos. Los accesos laterales guardan la misma composición que la principal, pilastras, arquitrabe, friso con casetones y frontón sin decorar.

La torre está formada por dos cuerpos y capitel. El segundo cuerpo es el de campana decorado al igual que todo el templo con pilastras toscanas. Posee cuatro vanos, uno por cada lado, siendo más pequeño el que da a la fachada principal donde se encuentra el reloj. El chapitel, piramidal octogonal, está rematado con una esfera y veleta. Las cubiertas son de teja cerámica curva a dos aguas en la nave principal  y tres aguas sobre la sacristía y brazos. La cubierta sobre el crucero es de pabellón. La última restauración llevada a cabo en la iglesia fue en 1999. Se abrió el baptisterio, que había permanecido cerrado durante muchos años, se arregló el salón parroquial y la torre de la iglesia, que se encontraban en muy mal estado. Actualmente el baptisterio se ha adecuado para la exposición de varios bienes eclesiásticos antiguos.